Decepción

¿Por qué esas miradas si después tenías pensado no saludarme por la calle? ¿Por qué esas bromas tan intencionadas si después ibas a menospreciarme así?
No necesito limosnas de amor. No me gustan los juegos en los que el corazón está comprometido. Prefiero mi soledad serena que el desasosiego que me has provocado.
No necesito tu falsa amistad.

Perfección imperfecta

Ocurre que a veces nos encontramos ante un momento único, mágico dirían algunos. Momentos que serían perfectos de no ser porque son imperfectos. Son aquellos en los que sin previo aviso te encuentras con una persona inesperada con la que encajas a la perfección. Ambos pensáis que sin conoceros podéis confiar plenamente en el otro, y os confesáis secretos que ni vuestros mejores amigos sospechan. Os podríais pasar horas hablando, y la sensación de compenetración aumenta con el paso de los minutos. Sin embargo, en el trasfondo de vuestro pensamiento sabéis que no todo es perfecto, que es un momento ilusorio, y que en un tiempo breve esa burbuja que habéis creado en común estallará. Llegará el segundo en el que tendréis que separaros, sabiendo que quizá nunca os volváis a ver y, que si lo hacéis, muy difícilmente seréis capaces de volver a recrear una atmósfera como aquella. Pero debéis alegraros, pues habéis vivido algo que muchos añoran y otros ni siquiera anhelan. Quizá el momento sea fugaz, pero la huella que dejará en vosotros perdurará por mucho tiempo, y eso es lo que debéis atesorar.